Hace que se me despierte ese instinto animal. Algo prohibido, le llamo tentación como podía llamarle deseo. Esos reencuentros subidos de tono, que saben a despedida, las miradas que le echo, que sé que están prohibidas. Hablaría de besos, pero no. Sólo espero que de vez en cuando, vuelva a tropezar con él, y que sea lo que sea eso que nos hace tropezarnos, no se acabe nunca.
Me gusta vivir mi locura de vida loca.
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